Mi peke, ya tiene diecisiete meses… Ayer los hizo.
Todo un campeón, ya lleva un tiempecito queriéndonos imitar en todo, desde lavarse los dientes, hasta “abrocharme” o lo que haga con los cordones de mis zapatillas… Incluso a ser tan autónomo que intenta vestirse solo, me da las cosas para meter en el lavaplatos, o se niega a darme la mano cuando paseamos… Bueno, y hasta intenta ponerse sus zapatitos o sus pantalones… o hasta peinarse o peinarme…
Me hace mucha gracia cuando sentados en una terracita, él nos dice adiós con la mano y se va hacia algún jardín de tierra o con otros niños…
Como crece, seguro que cuando me quiera dar cuenta, me está pidiendo pasta y las llaves de coche para salir con los colegas… Pero de momento, disfruto día a día con todas sus ocurrencias nuevas y procuramos ni gritarle ni asustarle, que juegue, que experimente, que se caiga corriendo, jugando,… tiene tanto por explorar y aprender…
Lo que llevo mal es verlo “sufrir” por la cantidad de mocos que le está generando los dos últimos colmillitos que le quedan por salir, y entre eso y el calor, se le nota que no está bien al 100%...
Mi peke tuvo un pediatra que decía los niños y los mocos, están siempre unidos, por eso se les llama mocosos. No pasa nada, solo hay que vigilar que no se le bajen al pecho…
Bueno… y así vamos actuando…
Eso no quita, que en cuanto tiene unas décimas y las naricitas, sus mofletillos y hasta los ojos se le llenan de moquetes, por lo que se restriega, no caigamos en la tentación de llevarlo al médico…
Y encima la pediatra que tiene ahora, como que es de receta fácil (los visitadores médicos tienen que estar encantada con ella). Y la verdad soy de los que piensan que con tanto medicamento lo que estamos potenciando es una intolerancia a cualquier dolor o congestión. Los niños también deben aprender a soportar cualquier pequeña molestia respiratoria que pueda molestar… Quizás, deberíamos concienciarnos todos, algunos profesionales y los padres sobre todo que no pasa nada por tener unas décimas de fiebre, un poquito de tos… Que eso es algo muy normal que nos ha pasado a todos desde el principio de los tiempos.
Que no debemos abusar ni de fármacos, ni de prestaciones médicas… Y no estoy hablando de la moda de la medicina alternativa, homeópatas, herbolarios, quiroterapeutas, curanderos…
De lo que hablo es que hay que dejar de usar las medicinas, alternativas o no, para síntomas y situaciones que no la requieren… Ciertos “males” se solucionan con buenas dosis de paciencia, aguante y de –“revisar” el estilo de vida que llevamos… Porque actuando tan dramáticamente, llevando a nuestro pequeño, corriendo al médico, usando tan alegremente fármacos estamos haciendo al niño intolerante a pequeñas molestias y lo que no es menos importante, estamos cayendo en un consumismo absurdo...
... Por no hablar, que a veces actuamos de manera exagerada, ante sintomatologías diversas de nuestros peques, porque quizás, simplemente, estemos llenando de atenciones un posible vacio educativo con nuestros hijos.
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