"Mucha Magia y Mucha Suerte Tienen Los Niños Que Consiguen Ser niños..." Eduardo Galeano

miércoles, 16 de febrero de 2011

Mi Peque Tiene Ya Dos Años

Ya han pasado dos años. Y parece que fue ayer cuando nació...

Hoy vamos a la revisión de los dos años.

Además mi pequeño tiene ya su última muelita a puntito de salir.

A veces, sin ton ni son, el probrecito llora desconsolado y te mira impotente con su deditos metidos en la boca, tocando la encía...

Nos ha costado ver que muchos llantos y gritos, incluso, moquetes y fiebre o diarrea o caquítas ácidas eran causa de los dientes.

Acabo de leer un comentario en un post que en su día dediqué al programa de la Supernnay de un tal Izan que comenta que en este blog no he expresado desesperación, que es lo normal.

La verdad es que si que te desesperas, porque como no hablan, no se expresan y no sabes por qué están teniendo tal o cual reacción.

Sinceramente, lo mejor, es el sentido común.

Estos simpaticotes bichejos (lo digo con todo el cariño) expresan con gritos, pataleos, llantos todas sus frustraciones. Y lo normal es que quieran hacerlo todo ellos solos y cuando no pueden abrir algo, hacer funcionar cualquier cosa... se sienten de lo mas frustrado y por eso protestan.

Por ejemplo, a mi hijo le gusta jugar a irse a acostar. Coge una almohada y la pone sobre la alfombra que le tenemos en el salón. Coge una mantita e intenta arroparse... No os podéis imaginar los rebotes que se coge si no es capaz de taparse una pierna al completo o si su pie se enreda con la manta...

No soy psicólogo, pero imagino que simplemente estará reafirmando su identidad.

Con el tiempo hemos aprendido a ser muy flexibles con él. Está experimentando y si por él fuera nos encendía hasta los fuegos de la vitro. Pero está claro que tampoco hay que dejarle hacer todo lo que quiera, pero debemos entender cosas como que si ya está harto de comer, coja la cuchara y vierta dentro del vaso de agua, tire el plato...

Es normal que si está agustito en el baño se enfade si lo sacamos...

Yo pienso que lo mejor es hacerle ver que todo tiene sus tiempo. Tiempo de comer, tiempo de baño y que prologar esos tiempos ha de ser consensuado hasta llegar casi a hacerle creer que es él, el que pide salir del baño o que él si coge conciencia de que tirar la comida está mal. Llegue a ir a por la fregona o coja papel para recoger el estropicio.

De hecho hemos aprendido a no interrumpirle cuando está agusto haciendo algo, como el baño o pintando o lo que sea. Y que hay que hacerle ver de que es hora de salir o de cenar y consensuamos con él el momento de dejarlo, hasta el punto de que el mismo acaba dejándolo porque entiende que lo deja porque él quiere.

Hemos descubierto que elogiando sus logros y sus acciones positivas, como cuando recoge, o le mandas que lleve algo de un sitio a otro, conseguimos mas, que regañándole o gritándole constantemente, cada vez que va a tocar algo o coger algo que no debe.

Resumiendo:

Ya he leído en distintos sitios que los castigos no ayudan a calmar las rabietas, si no todo lo contrario.

Otras de las cosas mas importantes, reforzar con besos caricias, palabras amables, cuando haga algo bien.

Si es la hora de dejar de hacer una actividad que le gusta, hay que decírselo, hablándole diciéndole que hay que ir dejando el baño o hay que ir dejando de pintar y a la par darles alternativas positivas para él, como por ejemplo: "Vamos a ir saliendo del baño que vamos a jugar con mamá en la cama" o "si recoges los juguetes nos vamos de paseo". Incluso es muy bueno que empecemos a dejarle escoger. Si por ejemplo ha dejado de comer lentejas, en lugar de obligarle a tomar otra cucharada, se lo preguntamos y si no quiere mas lentejas le decimos si quiere fruta y le damos alternativa, como ¿manzana o pera?...

Como he dicho, todo es sentido común. Y la paciencia es la madre de la ciencia. Si el niño entra en rabieta, no debemos ponernos al mismo nivel y nuestra reacción ha de ser calmada y controlada. (Eso no quita que por dentro en ocasiones nos sintamos desbordad@s ¿Verdad?)

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